
En Colombia, los accidentes en el hogar constituyen la mayor fuente de lesiones no intencionales en los niños. Estos sucesos no premeditados pueden suceder en cualquier espacio de la vivienda: cocina, baños, sala, escaleras o balcones. Según la Organización Mundial de la Salud, los principales mecanismos de daño en la infancia incluyen caídas, ahogamientos, quemaduras e intoxicaciones, muchos de ellos prevenibles con simples ajustes en el entorno y una vigilancia constante.
La clave está en adaptar cada ambiente a la etapa de desarrollo de los menores, anticipar posibles riesgos y fomentar hábitos seguros en casa. Esta guía recopila recomendaciones del ICBF ( Manual de Seguridad para Hogares del ICBF ) y del Observatorio de Salud de Bogotá – SaluData, enriquecidas con datos oficiales y consejos de expertos en pediatría.
Medidas generales de prevención
1. Supervisión permanente y entorno adaptado
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Supervisar en todo momento a los menores, especialmente a quienes inician la marcha o gateo.
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Identificar riesgos a la altura del niño: muebles inestables, cables sueltos, tomacorrientes sin protecciones.
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Realizar una “ruta de exploración”: gatear por cada habitación para detectar objetos pequeños o descuidos que puedan ocasionar accidentes.
2. Rejillas y barreras de protección
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Instalar rejas o puertas de seguridad en accesos a la cocina y escaleras, evitando que los menores trepen o accedan solos a áreas de riesgo.
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Colocar protectores en ventanas y balcones, asegurando que los barrotes no superen los 6 cm de separación y añadiendo mallas de seguridad cuando sea posible.
Precauciones por espacio
Baños
El contacto con agua y electricidad, así como los cosméticos y medicinas, convierten al baño en un sitio de atención especial.
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Colocar protectores en tapas de inodoros para evitar que los menores se introduzcan y se asfixien.
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Desconectar secadores, planchas y guardar navajas en gabinetes cerrados.
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Nunca dejar solos a los niños en la bañera; verificar la temperatura del agua con el codo antes de sumergirlos.
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Almacenar medicamentos y productos cosméticos con llave y a gran altura.
Sala, comedor y habitaciones
El mobiliario y los objetos cotidianos también requieren adaptaciones.
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Fijar muebles y estanterías a la pared para impedir vuelcos al trepar.
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Colocar protectores de goma en esquinas afiladas.
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Retirar objetos pequeños que puedan convertirse en riesgo de atragantamiento.
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Instalar protectores en tomacorrientes y asegurar listones de cortinas para evitar estrangulamientos.
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Mantener sillas y muebles alejados de ventanas; usar cierres de seguridad adicionales.
Cocina
La cocina concentra múltiples fuentes de peligro: fuego, superficies calientes y utensilios punzocortantes.
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Girar los mangos de ollas y sartenes hacia el interior de la estufa.
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Mantener cuchillos, tenedores y tijeras fuera del alcance, idealmente en gavetas con seguro.
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Proteger cables de electrodomésticos y mantener cerrada la caneca de basura.
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No almacenar productos químicos en envases de bebidas; guardar en lugares altos y con llave.
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Vaciar baldes de agua tras su uso, pues apenas 5 cm de líquido representan riesgo de ahogamiento.
Escaleras
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Evitar que los menores jueguen en las escaleras.
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Retirar alfombras y tapetes antideslizantes que puedan causar tropiezos.
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Colocar puertas a media altura si hay niños en etapa de gateo o primeros pasos.
Terrazas y balcones
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Revisar barandas: máximo 6 cm de separación entre barrotes.
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Alejar muebles que faciliten la inclinación sobre la baranda.
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No permitir juegos sin supervisión directa.
¿Qué hacer ante un accidente?
En caso de golpes o caídas:
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Mantener la calma y evaluar rápidamente al menor.
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Revisar heridas o hematomas; limpiar con agua y jabón y usar antisépticos externos.
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Si sangra profusamente, hay pérdida de conocimiento o objetos incrustados, acudir de inmediato a un centro médico.
Impacto y cifras en Colombia
Durante el primer semestre de 2025, se reportaron 3.569 casos de lesiones en menores por accidentes domésticos en Bogotá, con una tasa de 66% de caídas y 14,9% de quemaduras. Los niños de 1 a 5 años concentran el 63,63% de los incidentes. Estas estadísticas evidencian la necesidad de estrategias de prevención efectivas.
Convertir el hogar en un entorno seguro requiere planificación, supervisión y adaptaciones sencillas en cada espacio. La implementación de barreras, protectores y la eliminación de riesgos básicos pueden reducir significativamente las lesiones infantiles.