
En los últimos años, la decoración minimalista ha trascendido su papel estético para convertirse en una herramienta de bienestar emocional y salud mental. Este estilo, que prioriza la simplicidad, la funcionalidad y el orden, está ganando popularidad en Colombia, tanto en grandes ciudades como en zonas intermedias. Al eliminar el exceso de objetos y fomentar ambientes despejados, los hogares se convierten en refugios de calma y claridad mental.
La influencia del minimalismo no solo radica en el diseño: estudios recientes demuestran que espacios organizados pueden reducir hasta un 67% los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Además, datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) revelan un aumento en la demanda de proyectos sostenibles de vivienda, donde el minimalismo juega un papel central.
El fenómeno minimalista en el contexto colombiano
La actividad edificadora muestra una recuperación significativa en vivienda de interés social (VIS), con un crecimiento del 62,8% en el primer trimestre de 2025. Esta dinámica contrasta con segmentos de mayor valor, que apenas repuntan. El énfasis en proyectos VIS ha generado viviendas pensadas para optimizar espacios, una característica esencial del estilo minimalista.
La paleta de colores neutros —blanco, gris y beige— y los materiales naturales como la madera, el lino o el algodón se consolidan como pilares del estilo minimalista. Objetos con líneas sencillas y acabados mate crean ambientes serenos, donde cada pieza cumple una función clara sin saturar el espacio.
“Menos es más”: este principio se traduce en ambientes donde la luz natural y las superficies despejadas promueven la calma.
Beneficios emocionales y de salud
Eliminar el desorden físico conlleva una disminución del desorden mental. Un hogar organizado facilita la relajación profunda y reduce significativamente el estrés. La psicología positiva respalda esta relación: más del 85% de los estudios confirman que la simplicidad voluntaria fortalece el bienestar emocional.
Dormir en un entorno despejado contribuye a un descanso más reparador. Al reducir estímulos visuales y auditivos, el minimalismo favorece la conciliación del sueño y la continuidad del descanso, lo que impacta positivamente en la salud física y mental.
Despejar el entorno elimina distracciones y potencia la concentración. Espacios con pocos objetos permiten un enfoque más claro en tareas cotidianas y laborales, traduciendo el orden físico en eficiencia y rendimiento.
Principios básicos para un hogar minimalista
Selección consciente de objetos
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Eliminar todo elemento que no aporte funcionalidad o valor estético.
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Priorizar piezas multifuncionales: sofás cama, mesas con almacenaje oculto y estanterías abiertas.
Paleta neutra y materiales naturales
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Colores suaves como blanco, gris y beige, combinados con madera clara.
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Textiles de lino o algodón que aportan calidez sin recargar el espacio.
Iluminación y espacios abiertos
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Maximizar la luz natural y complementarla con lámparas de diseño sencillo en tonos neutros.
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Crear rutas visuales despejadas que faciliten la circulación y transmitan amplitud.
Organización y almacenamiento oculto
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Uso de canastos y bandejas que mantengan el orden sin restar armonía.
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Muebles con compartimientos integrados para reducir el desorden a la vista.

La adopción del minimalismo puede verse limitada en zonas rurales y entornos tradicionales, donde persisten preferencias por espacios más recargados. La digitalización del sector inmobiliario, sin embargo, facilita la difusión de tendencias y productos minimalistas, acercando a los consumidores a soluciones de diseño sostenible y funcional.
La adopción del minimalismo en los hogares colombianos va más allá de una moda decorativa: es una estrategia de bienestar emocional y eficiencia. Al centrarse en lo esencial, los espacios se convierten en refugios de calma que promueven mejor sueño, menor estrés y mayor productividad. Para consolidar esta tendencia, resulta clave el impulso de proyectos de vivienda VIS adaptados a principios minimalistas, el apoyo a la digitalización del sector y la continuidad de subsidios que estimulen la construcción y adquisición de viviendas.